Wednesday, April 01, 2009

“MURIÓ UN DEMÓCRATA”…

Es la frase que chilla la maquinaria parlante por estas horas.
Raúl Alfonsín tuvo la oportunidad histórica, con todo el pueblo movilizado en contundente apoyo, de torcer las cosas, de crear una nueva realidad. No lo hizo. Eligió el Punto Final. Lugo transar con la resaca militar la Obediencia Debida y gritar “Felices pascuas, la casa está en orden.” El comienzo de ese juicio trascendental tampoco fue su logro, fue asunto del poder judicial.
El ex presidente radical huyó seis meses antes de su mandato dejando al país en miseria absoluta y entregando el poder al criminal riojano, con el mismo que tiempo después transó un pacto para su reelección.
Como todo buen político argentino jamás se fue del todo, se refugió en el congreso, creó una Alianza sin sustento. Siguió conspirando y volvió a transar para darle el gobierno a Duhalde en 2002.
Alfonsín, un demócrata. Si, de esta democracia corrupta, injusta, desigual, gobernada por las empresas, la que Don Raúl inició hace 25 años y nunca dejó de apuntalar.
En aquel momento (1983) tenías todo para hacer otra cosa, sueños intactos de una nación con todo por renovar, en cambio, nos dejaste esto.