Thursday, October 21, 2010

Ultimo Momento Firmo Sandro Guzman !!


Foto: Federico Di Paolo y Jah Sandro, firmando contrato

Sandro Daniel Guzman

Jah Sandro. ¿Futbolista? ¿Cantante? ¿Artista? ¿Personaje? Un poco de todo eso y mucho más. Su nombre original responde instantáneamente a aquel arquero que no hizo pie en Boca a mediados de los 90’s. Pero antes y después de aquel paso desafortunado, tuvo vivencias que vale la pena reconstruir en estas líneas.

Surgió en Vélez Sársfield (1994 a 1996), donde rindió positivamente cada vez que le tocó reemplazar, por lesión o expulsión, al gran José Luis Chilavert. Su perfil sobrio y especialmente sus buenas actuaciones, lo llevaron al Boca de Bilardo en el inicio de la temporada 1996/97. Por entonces, muchos pensaban que allí, con la presencia del eterno Mono CFNM, el pobre de Guzmán no tendría oportunidades de jugar. Pero el milagro llegaría. Y la explosión de Sandro también.

Después de algunos desplantes y una pesada derrota 3 a 1 ante Banfield, el Narigón decidió borrar al experimentado arquero nacido en Colombia y le dio el buzo de titular a Guzmán que, ratificando sus antecedentes, atajó bien en su debut, colaborando con la victoria 6 a 0 ante Huracán, y ganándose los primeros aplausos de La 12…que serían los últimos. Ni lerdo ni perezoso, Sandro se animó a declarar: “del arco de Boca me sacan muerto”. Pobre.

Lo que vendría después sería el mismísimo infierno. Siguió atajando como pudo hasta el final de ese torneo, recibiendo goleadas de Racing y Central. En el Clausura ’97, con el arribo del Bambino Veira a la dirección técnica, perdió la chance de ser titular a manos de Abbondanzieri. Sí, leyeron bien. Manos y Abbondanzieri en la misma frase.

Sin embargo, Guzmán recobró la confianza del entrenador, haciéndose nuevamente del puesto…para tristeza de los hinchas xeneizes. Estuvo en el arco, por ejemplo, el día que River remontó un 0-3 en el Monumental. Y también se dio el lujo de responderle algunos insultos a la gente que lo cuestionó en un match ante Banfield. Pero el postre de la desgracia llegaría el 1º de junio de 1997, cuando Boca enfrentó en su casa al Deportivo Español. Esa tarde, el ex Vélez dio un concierto de burradas en 45 minutos. Notablemente nervioso, salió en falso en varias oportunidades, dio rebotes inexplicables y generó pánico en las tribunas.

Veira, sin el tacto de sus mejores años, lo reemplazó en el entretiempo por el Pato y tiró una frase que sería histórica: “te saqué para protegerte”. Paradojas del destino y aunque así lo indique el imaginario popular, ese no fue el último partido de Sandro en Boca, porque el 12 de agosto de ese año integró una formación alternativa que empató a 0 a 0 con Gimnasia de Jujuy. Final olvidable para una relación imborrable.

Para el Apertura ’97, pasó casualmente al Deportivo Español, que en esos días recibía estrellas devaluadas, como Silvio Carrario, José Basualdo, Héctor Almandoz y el Coco Reinoso. Un verdadero outlet del fútbol. Lo curioso es que, a su llegada al club, Guzmán se encontró con algo inusual. El Twetty había elegido la camiseta número 1 porque el Pepe se había quedado con la 9. Entonces Sandro, con un fastidio evidente hacia el utilero, tuvo que conformarse con… ¡la 10!

Tras 15 partidos en los que su equipo recibió 34 goles, dejó la institución y se despidió de la Primera División. A partir de ahí, las noticias sobre su persona llegarían a cuentagotas. Un día, Guzmán estaba retirado. Un par de meses más tarde, Guzmán aparecía teñido de rubio. Después, cerca de la iglesia evangélica. Pero de fútbol poco y nada.

En una nota en el Diario Clarín, en diciembre de 1998, relató con crudeza el momento que estaba pasando. “Me casé con Vanina Brey, la hija del presidente de All Boys. Quería formar una familia y en menos de dos años se derrumbó todo. Yo soy muy sensible y me afectó bastante. Mi ex suegro fue mi representante. Estuve entrenándome pero nunca me dijo: ‘Sandro, ¿querés venir a All Boys?’. Me hubiera gustado”.

No claudicó en su lucha y finalmente jugó en el conjunto de Floresta. Anduvo también por otros conjuntos del ascenso, pero nunca con regularidad. Pasó porAtlético Tucumán y Argentino de Quilmes, hasta que desapareció. Aunque no para siempre.

A mediados de 2004, una entrevista televisiva a Fidel Nadal en Crónica Musical, ubicó involuntariamente la punta del ovillo para tremendo enigma baldosero. Al lado del ex cantante de Todos Tus Muertos aparecía una persona de rasgos similares a los de Guzmán, aunque un tanto diferente: tenía dreadlocks. Sospechas había, pero nadie se atrevía a confirmar semejante noticia.

Las dudas se disiparon días más tarde cuando, en una entrevista al Diario Olé, el mismísimo Sandro Guzmán dio detalles de su nuevo rol de DJ/Sound system del mundo reggae. ¡Estaba vivito y coleando! Y con otro nombre: Jah Sandro.

En noviembre de ese año fue parte del partido despedida a Chilavert y, aprovechando la invitación de un integrante de En Una Baldosa, viajó a Mar del Plata para participar de un programa de radio en Rock & Pop Beach, donde pasó música e interactuó con los oyentes durante dos horas. A los pocos días, tocó (o mejor dicho, puso discos) como telonero de la banda uruguaya No Te Va Gustar, en un bar de la calle Alem llamado La Mula Plateada. Mágico.

A la semana siguiente se presentó en Fútbol Para Todos, por la pantalla de Fox Sports, donde hizo una performance que fue repetida hasta al hartazgo en los programas que sacan provecho de los archivos de la TV. Guzmán, en cuestión de días, pasó de ser antihéroe del fútbol a ícono bizarro de la música. Y las secuelas, claro, no tardaron en llegar.

En los últimos años se lo pudo ver, por ejemplo, participando de una sección de Showmatch denominada “30 segundos de fama”, dando notas a distintos canales de noticias o atendiendo su maxi kiosco de la calle Rosales, en Capital Federal. Y aunque su imagen siga inundando las pantallas, nadie termina de creer que aquel sólido y serio arquero de Vélez que hizo sapo en Boca, sea el mismo que hoy agarra el micrófono y camina, como puede, entre el orgullo propio y la burla ajena.