Thursday, December 20, 2012

Instituto Superior de Letras Eduardo Mallea


CARRERA: Corrector literario
MODALIDAD: Presencial
CURSO: 2.º año
TURNO: Noche
CUATRIMESTRE: 2.º
ASIGNATURA: Expresión escrita II
NOMBRE DEL PROFESOR: Adriana Santa Cruz
NOMBRE DEL ALUMNO: Mariela Dolfi
TRABAJO PRÁCTICO N.º 3
FECHA DE ENTREGA: 21 de noviembre de 2012

“Somos un producto sin terminar”
Federico Di Paolo es locutor y, desde hace nueve años, dirige Radio Atómika: una emisora online, a la que define como “una práctica de exagerada libertad”.
Ya pasaron quince minutos de la una del mediodía. En la calle Yapeyú, ubicada en pleno centro del Partido de General San Martín, no hay mucho movimiento. Por eso es fácil reconocer a lo lejos la figura de Federico Di Paolo que se acerca con paso firme (por eso, y por sus casi dos metros de altura). Cuando llega a mi encuentro, se deshace en disculpas por la demora, mientras abre la puerta de Radio Atómika, la emisora que creó junto con otro colega apasionado por el medio, hace nueve años. Allí conduce su propio programa: Puchero de radio, que va de lunes a jueves de 14 a 17. Pero su deseo de hacer radio no nació con Atómika: durante su infancia, una casa atravesada por la amplitud modulada le marcó el camino que lo llevaría a estudiar locución, y a todo lo que vendría después.

¿Por qué empezaste a hacer radio?

La radio es un sonido, un lenguaje que tengo desde muy temprano. Me crié en una casa donde siempre había una radio prendida a cualquier hora: una en la cocina, otra en el living, en los dormitorios, en el patio. Querer hacer radio fue y es querer meterse ahí, en ese lugar, dentro del aparato, e imaginar a mi vieja regando. Además que estoy convencido que todos tenemos algo para decir, solo hay que encontrar bien el cómo para que sea interesante. También empecé por eso, porque tenía y tengo algo para decir. El cómo se busca toda la vida, calculo.

¿Tenés algún referente?

Cuando uno se acerca y se mete en el medio radial, es porque algún referente o figura mágica tiene. En mi caso, pese a escuchar mucha radio AM, el que me cambió la bocha y me hizo darme cuenta de la real dimensión de la radio y lo fantástica que puede resultar fue Fernando Peña. También puedo nombrar a Lalo Mir, Antonio Carrizo y Alejandro Dolina. Me parece que, una vez que ya estás haciendo tu camino en la radio, se debe matar al referente, como se debe matar a los padres para crecer y sacarlos del pedestal. (Que quede claro que no maté a Peña).

¿Qué es Radio Atómika y qué la distingue del resto?

Radio Atómika es un lugar que creamos y recreamos todos los días, es una práctica exagerada de la libertad. Vamos por la diferencia porque estamos convencidos que es resistencia. Transmitimos sensaciones, humores, aire libertario. Nos hace diferentes tener en claro que somos un producto sin terminar, porque se termina en la cabeza de cada uno.
Las palabras con las que Federico describe a Atómika confirman la sensación que ese espacio transmite apenas se lo pisa. Cuando cruzamos la puerta de entrada, nos saluda Facundo desde el piso, sobre el colchón donde ha pasado la noche. “Las puertas de la radio siempre están abiertas para cualquier integrante de la gran familia atómika”, explica inmediatamente Fede (o “Dipa”, como le dicen sus amigos). Y Facundo es parte del clan: conduce Crecer D-Mente, junto con su hermano, el Cresta, quien a su vez es el operador de Puchero de radio. Todo queda en familia.

¿Que hay que tener para hacer un programa en Atómika?

Parafraseando al gran cineasta desaparecido Raymundo Gleyzer: "Una idea en la cabeza, un micrófono en la mano". Tratamos de desarrollar programas que tengan que ver con el trato de la palabra que tiene Atómika, que es un estilo que se fue cultivando; pero ese estilo puede ser cualquiera también. Preferimos pifiar probando con lo desconocido que ser una repetidora más de la propaladora del poder. La radio se maneja de manera autogestiva, es decir, que cada programa paga un alquiler para poder pagar entre todos los costos de manutención del medio.
Radio Atómika puede ser sintonizada a través de su sitio en internet: www.radioatómika.com.ar. Así forma parte del gran grupo de medios alternativos que no están contemplados en la polémica Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Cuando Federico habla de libertad, de resistencia, de poder y de autogestión, resulta casi inevitable preguntarle cuál es su opinión al respecto.

¿Qué opinas de la Ley de Medios?

Cuando ciertas luchas las toma el poder, ya no sirven. En este caso, las comunicaciones están muy avanzadas en tanto a tecnología. Cuando el estado quiere regular el espacio radioeléctrico, ya no tiene la menor importancia. Hoy, las radios pequeñas están a un click de distancia de la radio de la mega corporación. Creo que esta ley tiene un espíritu que viene desde hace treinta años, con los veinte puntos para una radiodifusión de la democracia, etcétera (Di Paolo se refiere a lo que en el año 2007 se conoció como “los 21 puntos”. Se trató de una iniciativa de la Coalición por una Radiodifusión Democrática que establecía una serie de pautas fundamentales para conformar un sistema de medios de comunicación compatibles y promotores de la democracia); pero fue manoseada y puesta al servicio de una guerra entre dos grupos de poder: el Gobierno y el Grupo Clarín. En la realidad de los medios barriales, alternativos, clandestinos no cambió nada, y hace tres años que es ley. En Radio Atómika no aceptamos regulación estatal ni privada; verdadera libre expresión, es un derecho humano.

Faltan cinco minutos para las dos de la tarde, acaba de llegar el Cresta: “En quince estamos, ¿eh?”, le dice a Federico. Minutos después, la voz de Tom Lupo en la artística del programa marca el comienzo: “Puchereate: meté tu palabra en la olla pop de Radio Atómika. Dale tu sabor a la cosa”.